El pasado 16 de junio, poco antes de que acabara el estado de alarma, Turistec lanzó una consulta a sus socios para conocer cómo había impactado el trabajo 100% remoto y qué opinión se tenía del teletrabajo como opción de futuro. En esos días, además, se empezaron a conocer los planes del gobierno central para la regulación de esta modalidad. Y aunque sólo una parte de las empresas TIC asociadas al clúster están dispuestas a compartir públicamente la información, creemos significativo trasladarla para poner de manifiesto que, incluso en un sector mejor preparado para el reto (el tecnológico) la disparidad de opiniones y experiencias es considerable.
Va a ser extraordinariamente complejo legislar sobre esta cuestión, pero si sirve de muestra el pequeño botón de las 11 empresas que incluimos a continuación, con cifras que van de los 2 a más de 150 empleados, tal vez se tenga en cuenta que el teletrabajo en sí ni es bueno, ni es malo. Es una opción, para unos completa, para otros complementaria, que tiene pros y contras y que se tendrá que construir un marco normativo que aglutine muchas sensibilidades y necesidades diferentes.
*Las opiniones aportadas las ofrece cada empresa y no son fruto de una encuesta al personal de esta.
“El teletrabajo tiene incógnitas pendientes de ser resueltas antes de poderse implantar de manera generalizada. Por lo que se sabe hasta ahora sobre las líneas de acción trazadas por el Ministerio de Trabajo, aun pretendiendo lo contrario, probablemente incida negativamente en la implantación real del teletrabajo en las empresas”. En esta organización de 60 empleados, donde el teletrabajo se aplicaba de forma excepcional y para guardias en horario no laborable, se ha dispuesto de la infraestructura necesaria para pasar al modo remoto sin problema. Valoran positivamente que “ha permitido seguir operando y prestando servicio, a pesar de las circunstancias” y negativamente “la eficiencia, ya que afecta desfavorablemente al ánimo del personal al perderse identidad de equipo por la falta de contacto”. La interacción con el cliente se ha intentado que fuera “igual, aunque en realidad es algo peor por las circunstancias y la falta de interacción”. No tienen previsto convertir el teletrabajo en una opción habitual.
“Cada empresa es diferente y hay que tenerlo en cuenta. El teletrabajo es una opción ideal, pero hay que formar sobre el mismo, fijar objetivos claros y realizables para que cada trabajador pueda gestionar el tiempo como corresponde. Teletrabajo significa trabajo en equipo virtual, no dejar solo al trabajador. Teletrabajo significa aceptar los horarios de cada trabajador”. Así lo creen en una empresa en la que sus ocho integrantes teletrabajan al 100% desde el primer día, así que no ha habido cambios en estos meses y defienden “plena satisfacción al poder trabajar por objetivos y organizar cada uno su tiempo en función de sus necesidades”. Entre los pros de esta fórmula “conciliación; adaptación de horarios a los momentos de verdadera inspiración; trabajadores más satisfechos y productivos, y ahorros para ambas partes (empresa y empleado)”. El único y gran pero: la falta de contacto personal. En cuanto a la relación con los clientes, apuntan que “durante el Covid-19 la situación ha sido complicada. Mucha gente que no sabía teletrabajar o no estaba habituada, ha abusado de los horarios, por lo que se han debido de poner límites. Sin pandemia, para nosotros el teletrabajo no tiene ninguna incidencia”.
Con una decena de empleados, en la tecnológica menorquina reconocen que antes del virus el teletrabajo era algo “muy puntual, para casos en los que no se podía acudir físicamente al puesto de trabajo. La valoración que hacemos de estas semanas en remoto es excelente: todos han sido muy conscientes de la situación y la productividad incluso ha sido un poco superior a lo habitual al reducirse las distracciones…”. De hecho, es último punto es una de las ventajas que nuestros socios atribuyen al teletrabajo “junto a una mayor facilidad para conciliar, y una mayor optimización del tiempo, eliminando hasta cuatro viajes diarios para acudir a la oficina”. Por el contrario, se lamentan por “un menor contacto con los compañeros y pérdida de sensación de equipo”. Por todo ello, no prevén una implantación generalizada de esta modalidad. Sobre la relación con los clientes, aseguran que ha sido “igual. Siendo conscientes de la realidad, no ha habido problemas para realizar las reuniones por videoconferencia”.
“Ha sido positivo tanto para la empresa como empleados. El teletrabajo ha demostrado la multitud de desplazamientos que se realizan para hacer reuniones y la capacidad de adaptación de las personas”. En Customia, donde ya había la posibilidad de trabajar desde casa dos días al mes y donde sí se plantean seguir con esta fórmula, pasaron a remoto “inicialmente mediante videoconferencias a primera hora y progresivamente con reuniones ordinarias por videoconferencias, llamadas, gestor de tickets…”. Valoran la experiencia como muy positiva, destacando la “reducción de costes de desplazamiento para todos y reducción de tiempo en transporte”. Entre los pros, de hecho, destacan la “disminución de costes en infraestructura, junto a una mejor productividad y un personal más satisfecho”. En los contras apuntan “dificultad para contratar nuevo personal y poder formarlo, así como dificultad para compaginar la vida familiar y profesional si no existe flexibilidad horaria dentro de los miembros de la familia”.
“Creemos que en un futuro será la opción principal junto con presencias físicas regulares en oficina de trabajo, que se verá con el tiempo: entre una y dos veces a la semana”. Así de claro ven el futuro del trabajo desde casa en DF Sistemes, cuyo equipo de 8 personas lo aplicaba de forma residual. Durante el confinamiento “todos los empleados pasaron a trabajar en remoto desde sus domicilios con acceso a VPN interna de la empresa”. La opinión general de la experiencia es buena, destacando “la conciliación, el horario flexible y la eliminación costes transporte”. Lo que no les ha gustado tanto son “los ambientes de trabajo domésticos no adecuados, con espacio específico nulo y tener que compartir el disponible con otras actividades, niños, etc.”. Pero, sobre todo, destacan como negativo la disminución de la socialización de los trabajadores. Sobre el trato con los clientes, nos indican que se ha mantenido “igual”.
“Creemos que una adaptación hacia la nueva forma de trabajo y su digitalización, puede ser la combinación hacia este tipo de flexibilidad del teletrabajo”. Así lo creen en el grupo Hitt (Dingus y Etoolinnovation), donde el 10% de los más de 70 empleados pueden acceder de forma fija al teletrabajo y hay flexibilidad para las necesidades de conciliación, tanto por cuidado de menores como de mayores. En la crisis “Se implantó al 100%. Se dedicó una parte del departamento de sistemas para poder atender necesidades y coordinar disposición de todas las herramientas necesarias. Se instauró un gabinete de crisis para mantener una gestión coordinada, así como una comunicación constante a toda la empresa de la situación y las medidas que se adoptaban por un canal único”. En cuanto a la valoración, aunque para una parte del equipo “las relaciones sociales presenciales son importantes y necesitan trabajar desde una oficina, la mayor parte del equipo se organizó bien y están siendo productivos”. Lo más valorado es el ahorro del tiempo en desplazamientos y el gasto en comida, además de “mayor concentración y productividad, menos estrés y las facilidades para la conciliación familiar”. No ha gustado tanto “la falta de relaciones sociales entre quienes las necesitan, el mayor nivel del control y tiempo dedicado a ello, con necesidades extra de coordinación y planificación, así como carencias en recursos ergonómicos y de infraestructura”. Con los clientes la relación se ha mantenido igual. No se prevé cambiar nada en el futuro.
“Nosotros estamos orgullosos ya que pasar a 100% teletrabajo no supuso ningún esfuerzo adicional. No ha supuesto ningún cambio traumático ya que todas las herramientas que hemos estado usando son remotas u online. El teletrabajo era una opción permitida por la empresa desde antes de la pandemia”. Las 33 personas que trabajan con nuestros socios “podían combinarlo sin ningún tipo de restricción con la presencia física en el trabajo. Aun así, la mayoría trabajaban de forma presencial y en casos puntuales en remoto”. En lo que a las ventajas se refiere, hotelinking cree que “se puede funcionar igual, ya que todas las dudas se resuelven si es necesario con video llamadas. También se han hecho reuniones de equipo online, hemos aprovechado para mejorar algunos procesos y unificar criterios a la hora de compartir determinados proyectos”. Con todo “es verdad que las reuniones presenciales son más fáciles de coordinar y algunos proyectos son más fáciles de explicar de forma presencial. El contacto humano diríamos que es lo que más se echa de menos y el compartir tu vida en las zonas comunes. Lo que más se pierde es esa parte de convivencia entre personas que hace que el equipo se cohesione mejor”. Con los clientes, aseguran que todo se ha mantenido igual “ya que nuestro producto se vende a nivel nacional, pese a que el factor humano es importante en determinadas situaciones o instalaciones”.
“Nos interesa poder ofrecer la posibilidad del teletrabajo como un incentivo adicional al equipo y que puedan realizar su trabajo en base a resultados y objetivos bien definidos, de la mejor forma. Pero no sería un planteamiento 100% sino más bien de forma parcial y de acuerdo con los perfiles y tipos de puesto de trabajo”. Así se plantean en la agencia de marketing online el futuro del teletrabajo que, antes de la pandemia era una opción “muy limitada y excepcionalmente por circunstancias personales de cada empleado. Aunque la ventaja era que ya teníamos todas las carpetas de forma compartida en la nube…”. En el confinamiento organizaron y planificaron reuniones, trabajo y su seguimiento “a través de las herramientas de Microsoft: teams, planner,… De todas formas, uno de los inconvenientes que nos hemos encontrado es el poder facilitar equipos de la oficina a parte del personal para que pudieran realizar los trabajos con la máxima seguridad y eficiencia”. Como solución temporal, trabajar 100% en remoto se aceptó “de buen grado y en buena sintonía, aunque se nos ha hecho largo y queremos volver a la actividad presencial porque se pierde mucha empatía entre el mismo equipo, lo que causa problemas adicionales”. Hacen una valoración negativa de esa pérdida de complicidad “si solo hay teletrabajo. Además, la crisis ha generado tensiones debido a las incertidumbres tanto sanitarias como económicas”. Por el contrario, se valora positivamente la “facilidad de ajustar los horarios y las necesidades, forzar a redefinir algunos procesos y metodología de la empresa, o aprender a valorar y evaluar esfuerzos por los resultados, dando más autonomía e independencia al equipo”. El contacto con los clientes se ha mantenido vía telemática y con mucha complicidad “ya que esta situación la estamos viviendo todos, clientes y proveedores”.
“El teletrabajo no es solo trabajar desde casa, requiere un cambio cultural en la gestión de equipos y de modelo de vida, porque se juntan obligaciones laborales y familiares en el mismo momento y que en caso de tener niños pequeños, es muy difícil de gestionar adecuadamente”. Es la visión de los consultores de Processing SMART, para los que no ha implicado ningún cambio el confinamiento en lo que al negocio se refiere. De hecho, creen que trabajar en remoto “mejora en productividad y reducción de gasto personal, porque evitas gastos de gasolina o transporte” y, en su caso, lamentan “algún fallo de conectividad”. Con los clientes, se asumió que “era la única vía e incluso mejoró en los que requerían presencial y que, no obstante, continuaron la operación”. Creen que el “poder tener infraestructuras, procesos y gestión de equipos que permitan el teletrabajo, o el tener a los empleados en localizaciones dispersas, es un paso para mejorar el nivel de transformación digital alcanzado hasta la fecha”.
De sus 40 trabajadores “sólo cinco teletrabajaban. Los demás lo hacía de forma ocasional para conciliar con situaciones personales”. Quonext valora positivamente cómo se ha superado la obligación de pasar a remoto en la empresa, y reconoce que “no hizo falta una gran planificación, ya que toda nuestra información residía en la nube y ya usábamos plataformas como Microsoft Teams”. También que “en general, la mayoría está dispuesto a seguir teletrabajando”. Entre los beneficios, reconocen que “se gana en tiempo, hay mejor administración de esfuerzos y mayor concentración”. Entre las desventajas, apuntan “el excesivo uso de reservas de reuniones y la peor coordinación en los trabajos en equipo”. Nuestros socios consideran que el teletrabajo es un elemento muy importante para la transformación digital, porque “globaliza tanto la búsqueda de recursos como de mercados”.
Con 150 empleados, SM2 ya tenía el 96% de su personal teletrabajando, así que esta situación no ha supuesto grandes cambios “al tener herramientas, únicamente a habido que dotar de algún portátil y ampliar las conexiones VPN”. Han seguido operando con total normalidad y valoran la experiencia como “en general, positiva, con la ventaja de trabajar por objetivos”. Como desventaja, apuntan “la incorporación de nuevo personal a los equipos y traspaso de proyectos”, mientras que la relación con los clientes ha sido “igual, o mejor”.
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